DíA quince

Escritura:

“El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre.”

Eclesiastés 12:13

Comentario:
Eclesiastés lucha con la complejidad de la vida, la rotura del mundo y el propósito de por qué realmente estamos aquí. Y aquí es donde Salomón concluye: teme a Dios y guarda Sus mandamientos, y eso es todo. Esto es lo que permanece cuando todo lo demás se siente incierto o incompleto. El temor de Dios no se trata de tenerle miedo, sino de vivir con reverencia, humildad y asombro en respuesta a quién es Él.

La oración desesperada nos lleva aquí. Nos quita las distracciones y nos recuerda que la vida con Dios es tanto seria como buena y que la obediencia no es una carga, sino la respuesta de un corazón rendido.

Práctica:
Deja que este versículo te recentre hoy. Pídele a Dios que haga crecer en ti una reverencia más profunda hacia Él. Pide un corazón que escuche con rapidez, obedezca por completo y permanezca arraigado en lo que más importa.
La oración desesperada nos lleva a la rendición, y la rendición nos lleva a la obediencia.

Oración Guiada:

Padre Celestial,
Hoy confieso que estoy agotado
por todo el ruido que genera este mundo.
Protege mi mente, mis ojos y mi corazón
de todas las opiniones y voces
que no están fundamentadas en Tu verdad.
Todo lo que realmente necesito saber
Tú lo has dicho en Tu Palabra.
Centra mi corazón para conocer Tu verdad,
amar Tu verdad
y vivir en Tu verdad.
Ayúdame a escuchar y obedecer Tus mandamientos
por encima de las distracciones y el ruido que me rodean.
Guíame para discernir lo que está alineado con Tu Palabra
y lo que no lo está.
Protégeme de ofertas falsas y distracciones,
para obedecerte con gozo.
Mi obediencia no es opcional;
es lo más importante que puedo hacer.

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