DíA SeiS
Escritura:
“Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá.”
Juan 15:7
Comentario:
Este versículo no habla de pedir y recibir todo lo que deseamos, sino de permanecer tan cerca de Jesús que nuestros deseos comienzan a alinearse con los Suyos. Permanecer en Él es una decisión diaria, momento a momento, de estar con Él, escuchar Su voz y dejar que Sus palabras nos transformen. Y cuando oramos desde esa cercanía, Jesús nos invita a pedir con confianza. La oración desesperada no solo es pedir en grande, sino mantenernos pegados a Su corazón.
Práctica:
Antes de pedir en oración, pregúntate: ¿Estoy acercándome a Él?
Abre tus manos. Haz una pausa. Deja que Sus palabras moldeen tu corazón. Luego pide, con fe, con humildad, y en sintonía con Él. Que tu cercanía a Cristo determine la grandeza de tus oraciones.
Oración Guiada:
Padre Celestial,
En Tu presencia encuentro paz,
encuentro propósito,
encuentro alegría verdadero.
Enséñame a habitar en Ti cada día.
Quiero edificar mi vida sobre Ti, mi Roca firme.
Pon en mí un amor profundo por Tu Palabra,
que eche raíces en mi alma
mientras busco Tu rostro.
Transforma mi corazón para que refleje el Tuyo,
de modo que mis oraciones expresen
Tu voluntad y Tu compasión por el mundo.
Dame confianza en Tu promesa:
que todo lo que pida conforme a Tu corazón
Tú lo escucharás y responderás.
Tú eres un Padre bueno que se deleita
en oír a Sus hijos.
Recuérdame hoy que la oración
mueve la mano que mueve el mundo.