DíA siete
Escritura:
“Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”
1 Corintios 15:58
Comentario:
A veces orar se siente como un trabajo: lento, repetitivo y difícil. Pero este versículo nos recuerda que nunca es en vano. La oración desesperada no siempre se siente intensa o dramática. A veces simplemente se ve como la decisión de no rendirse, confiando en que Dios ve, y que aunque las circunstancias no cambien, el tiempo en Su presencia nos cambia a nosotros y eso siempre vale la pena.
Práctica:
Antes de dejar de orar por algo, detente y recuerda esto: tu trabajo en el Señor no es en vano. Dilo en voz alta: “Esto importa. Dios lo ve. No me rendiré.” Que esta verdad te afirme, aun cuando parezca que nada está cambiando. Deja que la desesperación te lleve a la persistencia en la oración.
Oración Guiada:
Padre Celestial,
Hoy me anima saber que nada
de lo que hago para Ti es desperdiciado.
Ayúdame a mantenerme fuerte e inquebrantable
en quién eres Tú,
en el lugar donde me has puesto
y en la labor que me has confiado.
Perdóname por las veces
en que siento que mis esfuerzos no sirven.
Aun cuando no lo vea,
confío en que siempre estás obrando.
Gracias por prometer que mis esfuerzos
serán usados para Tu propósito.
Que mi vida muestre a otros
lo grande que eres Tú.
Sé que siempre terminas lo que comienzas.
Y como esa promesa me incluye,
permaneceré firme en la obra
que me has encomendado.