DíA veintiuno
Escritura:
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:19-20
Comentario:
Estas son las palabras finales de Jesús a Sus discípulos y todavía hoy resuenan con urgencia. El mandato es claro: ir y hacer discípulos, enseñar y bautizar. Para esto hemos sido enviados al mundo. Pero Jesús no nos envía solos. Él promete Su presencia, siempre, hasta el fin.
La oración desesperada es lo que nos mantiene aferrados a esa presencia. Nos recuerda que no llevamos a cabo esta misión con nuestro esfuerzo solamente, sino con Él y para Él.
Práctica:
Pídele a Dios que mantenga tu corazón atado a Su misión. Pide claridad para reconocer dónde ya te ha colocado para hacer discípulos. Pide valentía, fidelidad y una conciencia más profunda de Su presencia mientras avanzas.
La oración desesperada nos lleva a una obediencia rendida y a salir con confianza.
Oración Guiada:
Padre Celestial,
Gracias por incluirme en Tu misión
de hacer discípulos en todas partes.
Ayúdame a compartir el amor y la verdad de Jesús
con cada persona que encuentre,
tanto aquí donde vivo
como más allá de mi zona de comodidad.
Guíame cada día a dar pasos de fe.
Dame sabiduría para seguirte fielmente
y enseñar a otros todo lo que Tú me has enseñado.
Cubre mis miedos y dudas con valentía.
Enciende en mí pasión para proclamar Tu evangelio con gozo.
Úsame para traer gloria a Tu nombre
en cada lugar donde vaya.
Rindo mis planes a Tu propósito.
Equípame para guiar a otros
a una relación más profunda contigo.
Hazme un discípulo fiel
que forma discípulos.
Gracias por estar siempre conmigo.