DíA DOCE

Escritura:

“Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —dijo a sus discípulos—. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.”

Mateo 9:36-38

Comentario:
Jesús no se sintió abrumado ni intimidado por las multitudes, fue conmovido por ellas. Vio sus necesidades y sintió profunda compasión. Luego se volvió a Sus discípulos y les dijo que oraran con urgencia. La oración desesperada comienza cuando vemos a las personas como Jesús las ve y le pedimos a Dios que envíe ayuda, incluyéndonos a nosotros mismos.

Práctica:
Tómate tiempo hoy para mirar a las personas a tu alrededor. No ignores la necesidad cuando la veas.
Pide tener ojos para ver a la gente con compasión, como lo hizo Jesús.
Pide que sean enviados obreros a los lugares de necesidad.
Pídele que te muestre a dónde Él ya te está enviando.
La oración desesperada comienza con compasión y conduce a la acción.

Oración Guiada:

Padre Celestial,
Olvido con facilidad Tu carácter
y Tu fidelidad hacia mí.
A veces te veo como enojado, distante o decepcionado.
Pero la verdad es que estás lleno de compasión
y derramas Tu corazón sobre Tu pueblo.
Dame esa misma compasión por los demás
que Tú tienes hacia ellos.
Agranda mi corazón por los perdidos,
los heridos y los quebrantados.
Hoy oro por obreros,
tal como Tú lo ordenaste.
Nuestro mundo está listo para la cosecha.
Así que envíanos a hacer Tu obra,
en nuestros hogares, nuestras comunidades y el mundo.
Aquí estoy, Señor.
Envíame.

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